Tomarse un día libre
Para calmar su mente inquieta, Robert decidió tomarse un día libre en el trabajo, decidido a quedarse en casa y vigilar de cerca la situación. “Necesito verlo por mí mismo”, pensó, avisando a su secretaria de que no vendría. Sentado junto a la ventana, vigilaba el garaje en busca de cualquier actividad inusual. A medida que pasaban las horas, su paciencia empezaba a agotarse.

Tomarse un día libre
Siguiéndola en silencio
Aquella noche, Robert volvió a ver a Sarah entrando a hurtadillas en el garaje y decidió seguirla en silencio. Moviéndose sigilosamente para mantener sus pasos en silencio, se acercó sigilosamente, oyendo débiles crujidos más adelante. “¿Qué estará tramando?”, se preguntó, manteniendo la distancia. Su corazón latía con fuerza debido a la adrenalina, pero se mantuvo concentrado, decidido a descubrir la verdad.

Siguiéndola en silencio