Un compartimento oculto
Asomándose por una rendija de la puerta, Robert vio que Sara abría un compartimento oculto en la pared. Sacó con cuidado una caja pequeña y vieja y la guardó con sus pertenencias. Robert abrió los ojos, sorprendido. “¿Qué demonios puede haber dentro de esa caja?”, susurró para sí. En silencio, dio un paso atrás, decidiendo que era mejor esperar el momento adecuado antes de enfrentarse a ella.

Un compartimento oculto
Abrumado por la curiosidad
Consumido por la curiosidad y la duda, Robert luchaba por conciliar el sueño, mientras su mente repetía la imagen de Sarah recuperando la misteriosa caja. “Tengo que averiguar qué hay dentro”, pensaba una y otra vez, el misterio carcomía su paz. Sabía que en algún momento tendría que enfrentarse a ella, pero debía hacerlo con cuidado. Por ahora, resolvió seguir observando y esperar el momento oportuno.

Abrumado por la curiosidad