Segundas conjeturas
Solo en su casa, Robert no podía dejar de cuestionarse sus decisiones, preguntándose si debería haber sido más precavido. Cada paso que había dado -desde la invitación inicial hasta el momento en que descubrió el robo- se repetía sin cesar en su mente. La culpa le carcomía, pero bajo todo ello crecía una extraña sensación de determinación. “Si vuelven”, pensó, “estaré preparado” A pesar de todo, se aferraba a la esperanza de un resultado mejor.

Segundas conjeturas
Nuevos comienzos
Los días se convirtieron en semanas sin una sola actualización, y Robert cambió lentamente su enfoque hacia nuevos comienzos. El garaje que una vez dio cobijo a Sarah y a sus hijos ahora permanecía vacío y silencioso, un silencioso recordatorio de lo que se había perdido. Volcó su energía en el servicio a la comunidad, buscando algo de paz en medio del caos. “Lo hecho, hecho está”, se repetía a sí mismo. Aunque la terrible experiencia había dejado una profunda huella, Robert decidió seguir ayudando a los demás, esta vez con más cautela y la sabiduría que tanto le había costado adquirir.

Nuevos comienzos