La historia de Sara
Mientras comían, Sarah empezó a hablar de su situación. “Nos desahuciaron. Perdí mi trabajo y a partir de ahí todo fue cuesta abajo. No teníamos adónde ir”, dijo, con la voz quebrada por la emoción. Robert la escuchó en silencio, con el corazón oprimido por el dolor que habían sufrido y un profundo respeto por la resistencia de Sarah. “Aquí estáis a salvo, al menos por ahora -dijo con suavidad, con la esperanza de aliviar sus temores y ofrecerle cierta sensación de estabilidad.

La historia de Sarah
Un sentimiento de satisfacción
Mientras Robert escuchaba la sincera gratitud de Sarah, no pudo evitar sentir una tranquila sensación de satisfacción. Siempre había creído en utilizar sus recursos para ayudar a los necesitados, y este momento le pareció una forma real y tangible de marcar la diferencia. El alivio en los ojos de Sarah era todo el consuelo que necesitaba. “Me alegro de haber podido ayudar -dijo con sinceridad, sintiendo que, de algún modo pequeño pero significativo, había influido positivamente en sus vidas.

Un sentimiento de plenitud