Adiós al Amanecer
Cuando empezó a salir el sol, pasé lentamente por delante de la antigua casa. Acepté la finalidad mientras permanecía en silencio al otro lado de la calle y observaba cómo ondeaban las familiares cortinas. Mientras caminaba hacia aquello en lo que me estaba convirtiendo, no era más que un gesto hacia el pasado, no un arrepentimiento ni una añoranza. Algo en ello parecía poético, como un guiño silencioso a las vigas y los ladrillos. A cada paso, avanzaba con confianza hacia lo que fuera que hubiera en el vasto espacio que tenía por delante.

Adiós al amanecer
Prueba en mano
La prueba en mi poder les dio una historia que nunca habían oído. El silencio flotaba fácilmente entre nosotros mientras Jenna se sentaba cerca, disfrutando de una taza caliente. El grueso papel blanco hablaba por sí solo; no necesitábamos más palabras. La prueba, un recordatorio de la realidad, hizo que mis dedos se retorcieran con más fuerza. Sabiendo demasiado bien que ya no había vuelta atrás, intercambiamos una breve mirada de comprensión. Sólo quedaba esperar a que cayera el otro zapato.

Prueba en mano