Empaquetar algo de ropa
Mientras Brutus jugaba con su pelota, metí discretamente unas cuantas prendas de ropa en el bolso -un par de vaqueros, una camiseta y algo de ropa interior-, metiéndolas deprisa pero con calma. Se me aceleró el corazón, pero mantuve la firmeza de mis movimientos. “Por si acaso”, susurré para mí misma, mirando nerviosa hacia la puerta del dormitorio. Brutus me dio un codazo en la pierna con la nariz, sintiendo mi inquietud. “Ya casi está, chico”, dije, forzando un tono alegre.

Empacar algo de ropa
Asegurar los objetos
Después de guardar las cosas en la bolsa, enganché la correa al collar de Brutus y le di una palmadita tranquilizadora. “Vamos, colega”, le dije. Nos dirigimos a la puerta principal, con el bolso más pesado de lo habitual. El débil sonido de Arlo fregando salía de la cocina. Respiré hondo, preparándome para lo que venía a continuación. Brutus movió la cola con impaciencia. “¿Listo? Le pregunté en voz baja.

Asegurar los objetos