El forma parte de tu mundo, tu mundo nuevo
Érase una vez, yo era uno de los empleados más jóvenes en cualquier lugar en el que trabajaba. ¡Un dulce bebé listo para cambiar el mundo! Uf, Dios mío, que alguien regrese y le haga entrar en razón. Pero yo divago… Mi punto es que he trabajado con muchas mamás a lo largo de los años. Mi carrera en la gestión de organizaciones sin fines de lucro significa que he trabajado con muchas mujeres porque la plataforma de organizaciones sin fines de lucro está apilada para ser en su mayoría mujeres. Y aunque no hace falta decirlo, estas madres trabajadoras eran absolutamente increíbles, había muchas cosas de las que no me di cuenta hasta que me convertí en madre trabajadora. Vi a madres trabajadoras llegar nerviosas a las 8 a.m. y no me di cuenta de las batallas que ya habían luchado ese día para alimentar, vestir y llevar a los niños a la escuela a tiempo.

El forma parte de tu mundo, tu mundo nuevo
El valor del tiempo y el descanso
Vi a madres trabajadoras colgar obras de arte tontas que hicieron sus hijos sin darse cuenta de que un pequeño humano en casa había dicho: “Hice esto para tu mamá de la oficina”, y que en realidad era la obra de arte más hermosa que habían visto en su vida. Vi a madres trabajadoras ir a reuniones que podrían haberse manejado en un correo electrónico, trabajar en proyectos que sus compañeros de trabajo estaban demorando demasiado y leer memorandos intolerables con la gracia y la paciencia de una reina. Sabían algo que yo no sabía, nada de lo que sucede en la oficina es tan importante como lo que sucedió en su vida en casa. Observé a las madres trabajadoras contar hacia atrás hasta las 5 de la tarde y salir corriendo por la puerta como si sus pantalones estuvieran en llamas.

El valor del tiempo y el descanso