Un último adiós
El sonido de la puerta al cerrarse resonó como una despedida despiadada. Estaba sola pero despreocupada y, en lugar de terror, sentí que el corazón me latía con expectación. Percibí el comienzo de algo nuevo mientras estaba allí de pie, con toda mi vida aún por delante. Mi pecho estaba más lleno de esperanza que de tristeza o pena. Era el comienzo de un viaje que había planeado durante mucho tiempo, esperando el momento ideal para partir, así que no era el final.

Un último adiós
Una llegada oportuna
Tal como estaba previsto, mi nota llegó a su buzón a la hora del almuerzo del día siguiente. Me las había arreglado cuidadosamente para llegar a las doce en punto utilizando el expreso nocturno. Saber que escucharían lo que tenía que decirles mientras aún se sentían victoriosos por lo de ayer fue un pequeño éxito. Apenas se habían dado cuenta de que me iba, y probablemente seguía bebiendo café. Sin embargo, pronto descubrirían que estaba mejor preparada de lo que pensaban. Aquel sobre contenía mi futuro, sellado y esperando a ser encontrado.

Una llegada oportuna